Y yo que pensaba que nadie podría eclipsar a tu hermana,
y yo que sentía que en mi corazón ya no cabía nada,
y yo que soñaba contigo cada mañana...
Y de repente,naciste tú,
para poner de nuevo mi mundo patas arriba,
para hacerme sentir de nuevo mariposas de alegría,
para revelarme de nuevo el misterio de la vida.
Y de repente,llegaste tú,
y volvieron a moverse mis cimientos,
y volvieron a escucharse tus lamentos,
y volvieron a llenarse los momentos.
Y ahora siento que sin ti, ya nada tiene sentido,
porque eres la paz de todas mis guerras,
el bálsamo de mis heridas,
el sol de cada mañana...
Y ahora siento que sin ti, mi vida no tiene latido,
tú eres el mástil de mi velero,
la pieza que encaja en el puzzle,
la serenidad y el sosiego.
Y de repente viniste tú,
y el engranaje de nuestra familia
y el engranaje de nuestra familia
comenzó a funcionar de nuevo...
Para mi hijo Álvaro, en alguno de sus cumpleaños...
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