Esos días de mi infancia que recuerdo con olor a gel de frutas, frío en el rostro y corazón satisfecho...
Esos
días de mi infancia que me hacen viajar en el tiempo y volver al mismo
sitio donde la calma se apodera y la risa me agita el cuerpo...
Esos días de mi infancia con aroma a hierba recién cortada y sabor a chocolate espeso...
Y así, acumulando momentos, he llegado hasta aquí, con la memoria llena de nostalgia y el alma acurrucada en mis recuerdos.
Luz.
Luz.
Mientras el sol me calienta el rostro un domingo de invierno, mi corazón viaja a mi infancia, al calor de mi hogar, qué pena que sólo pueda quedarme el tiempo que dura mi café...
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